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Adiós a las contraseñas, bienvenida a la BIOMETRÍA

12 mayo, 2022 | 0 comments |

Un avance más hacia la digitalización del cliente. Así define Banco Santander la incorporación de esta forma de reconocimiento a su ‘app’ para autorizar operaciones mediante el análisis de características personales.

'Santander Key' permite realizar movimientos y operaciones en la 'app' mediante huella digital o técnicas de
reconocimiento facial.
‘Santander Key’ permite realizar movimientos y operaciones en la ‘app’
mediante huella digital o técnicas de reconocimiento facial.

La biometría, definida de manera básica como medición del cuerpo humano, consiste en el reconocimiento de personas basado en las características fisiológicas o de comportamiento de estas. La biometría morfológica identifica, por ejemplo, la huella digital, la forma de la cara o de la mano y las pupilas. Es una identificación de un elemento físico que no requiere de ningún otro.

Este tipo de reconocimiento se está imponiendo cada vez más en el ámbito civil, ya que hasta hace relativamente pocos años solo se utilizaba en la seguridad del ámbito militar. Y uno de los campos donde más está desarrollándose de forma práctica es en el financiero, tanto por la fiabilidad que ofrece frente a otros métodos de identificación que pueden ser objeto de ciberdelitos, como por la sencillez de su uso frente a fórmulas como contraseñas, pines u otros códigos. Unos y otros son, en no pocas ocasiones, difíciles de recordar por la multitud de caracteres de todo tipo que se necesitan o susceptibles de ser descubiertos por delincuentes informáticos.

Esto es lo que ha llevado a la entidad financiera a incorporar a su app la tecnología biométrica Santander Key, que permite autorizar movimientos y operaciones con solo el reconocimiento de la huella digital o el rostro del cliente sin necesidad de recurrir a ningún otro código. Santander Key hace posible que el usuario acceda a contenidos, realice operaciones o pague en determinados comercios electrónicos con la única tarea de utilizar el dedo o simplemente con mirar al móvil y sin tener que recurrir a contraseñas, que siempre estará obligado a retener en la memoria porque se recomienda no apuntarla ni llevarla encima. Es un hecho, y cada vez más frecuente, que las contraseñas pueden ser interceptadas, robadas, copiadas o adivinadas, por lo que la biometría es un paso más hacia una seguridad más completa, pues cada persona es única, al igual que su huella digital o su cara. Uno mismo es la garantía de una identificación apta y es su propia firma.

La mejor experiencia con la máxima seguridad

Segun Banco Santander, “el uso de la biometría en nuestra app nos permite avanzar en la digitalización de nuestros clientes, que saben que todos los canales del banco pueden realizar sus operaciones de forma sencilla, rápida y segura. Nuestro objetivo es proporcionarles la mejor experiencia de cliente y, al mismo tiempo, garantizar la máxima seguridad tanto en las operaciones como en la protección de sus datos, uniendo así lo mejor del mundo tech con la confianza que ofrece un banco”.La biometría morfológica ofrece más garantías de seguridad frente a los ciberdelitos y más sencillez que el uso de una ‘password’ u otros elementos de identificación

Más del 70% de los clientes de Banco Santander son digitales y estos consideran a la app como su canal preferido para interactuar con el banco. El 80% de las acciones que se realizan a través de la misma son consultas básicas, transacciones de pagos y servicios de tarjeta. En Santander agregan que la aplicación se puede personalizar según las preferencias y exigencias del usuario, ya que se son configurables el idioma, el método de acceso, el estilo de posición global o el tema fotográfico y, de acuerdo con la capacidad digital de cada uno, puede optarse por el modelo simple, por el modelo clásico o llegar a la configuración Smart.

Rápida difusión

Otras razones por las que el reconocimiento biométrico se está imponiendo con rapidez en las aplicaciones financieras es la reducción de los costes provocados por la gestión de identidades, facilitando así la incorporación de nuevos clientes digitales. Este sistema también ofrece más facilidad a la digitalización de otros servicios que antes requerían la presencia física del cliente.

Es, además, una técnica que evoluciona. A la biometría morfológica o de reconocimiento de partes físicas del cuerpo se unirán en el medio y largo plazo la biometría conductual y la biometría de voz. La primera, en lo que se refiere a las aplicaciones financieras, permite detectar patrones en el comportamiento del cliente cuando se estudia su interacción con el móvil, bien sea por la forma de escribir en el teclado, los hábitos de compra o bien por cómo desplaza el dedo por la pantalla del dispositivo para realizar alguna acción en una red social. Estos estudios son básicos en aras de la seguridad pues si se detecta que, en un momento dado, el comportamiento no coincide con el perfil del cliente, se puede alertar de un intento de suplantación de identidad.

Por su parte, la biometría de voz permite conocer a una persona al escucharla. El cliente puede realizar transferencias o cualquier otra operación tan solo dando una orden con su voz. La seguridad está más garantizada, ya que es difícil suplantar una identidad con un elemento tan personal. Otro uso de la biometría de voz puede ser la identificación del cliente en los canales de atención remota.